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¿A qué huele el vino? Estos son los aromas y frutas de otoño que encontrarás en una copa de vino

Es el cerebro el que se encarga de buscar similitudes entre ese aroma recién percibido y aromas que hayamos percibido con anterioridad. Si somos capaces de identificar un aroma es porque previamente lo hemos olido. Así, resulta imposible que encontremos el aroma de la papaya en un vino si nunca la hemos olido. Por eso, es necesario alimentar nuestro cerebro llenándolo de aromas y el otoño es la época del año perfecta para empezar a hacerlo, ya que muchos de los aromas principales del vino se relacionan con frutas de otoño.

Detectar los aromas de un vino dependerá de los recuerdos acumulados en nuestra memoria

‘¿A qué huele este vino?’ Seguramente, tanto si eres un winelover como si te acabas de iniciar en el apasionante mundo del vino, te habrán hecho esta pregunta durante una cata o en la visita a una bodega. Y a menudo, la respuesta es: “Yo no huelo nada”, “A mí esto se me da muy mal” o “Me recuerda a algo, pero no sé a qué” (seguro que a ti también te ha pasado).

Pues bien, no creas que eres el único porque, aunque se calcula que el ser humano puede detectar más de 10.000 olores diferentes, lo realmente difícil es ponerle nombre a lo que estamos oliendo. ¿Por qué ocurre esto? Porque el olfato es un sentido de memoria. Funciona así: detecta y procesa compuestos volátiles que percibe a través del aire gracias a unos receptores que se encuentran en el epitelio olfativo (nuestra nariz). Estos compuestos viajan hasta nuestro cerebro y alcanzan el bulbo olfatorio llegando a nuestro sistema límbico y al hipotálamo, dos regiones cerebrales fundamentales en el procesamiento de la memoria y la información emocional. Así que ya sabes, es cuestión de entrenar nuestra nariz y, al hacerlo, entrenaremos nuestro cerebro, acumulando diferentes registros que después seremos capaces de detectar fácilmente. ¡Ya verás como en la siguiente cata te sorprendes con tus avances!

En un vino podemos encontrar aromas a membrillo, a frutos secos o a compotas de frutas, típicamente otoñales

Con el inicio del otoño nuestra despensa comienza a adquirir colores tierra, anaranjados, camel… Y, con ellos, nuevos aromas a través de las frutas y frutos secos típicos de esta época del año, como son la manzana o la pera. Frutas otoñales que encontramos fácilmente en los vinos blancos jóvenes a base de chardonnay, como nuestro LAUS Chardonnay, y que distinguimos en la mayoría de las variedades blancas del Somontano como macabeo, riesling o la autóctona alcañón. Aromas cítricos, vibrantes y llenos de vida que caracterizan a nuestro blanco.

Además, todavía en estos meses podemos disfrutar de frutas silvestres como las frambuesas o las moras, que encontramos en las variedades tintas. Aromas que predominan sobre todo en vinos elaborados con garnacha, pinot noir, tempranillo, cabernet sauvignon o syrah. Y mientras que los aromas de frambuesa los encontraremos en vinos rosados y tintos más jóvenes y frescos,  como nuestro LAUS Rosado o nuestro LAUS Tinto Joven, los de frutas más concentradas como las moras aparecen en vinos más estructurados y con más crianza como nuestro LAUS Crianza.

Aromas a frambuesas y frutos secos

También los frutos secos son uno de los alimentos estrella del otoño. Sin embargo, para encontrar en el vino aromas a frutos secos como la avellana o la almendra, debemos esperar hasta la fase de crianza en la barrica del vino. Es en esta fase, gracias al contacto con el roble, donde se desarrollan este tipo de aromas. La intensidad aromática que aporten dependerá del tiempo de crianza del vino, del roble utilizado y también de la variedad de uva. Es el caso de nuestro LAUS Tinto Barrica, que envejece durante seis meses y en el que podemos encontrar un equilibrio perfecto entre frutos rojos y toques de avellanas y almendras tostadas.

¿Y qué sería de un otoño sin membrillo, mermeladas o compotas de frutas? Vemos que estos aromas se desarrollan durante el reposo en la botella. Es en ese momento cuando los aromas y los sabores de las frutas más frescas comienzan a evolucionar para dar paso a aromas y sabores más concentrados. Así, encontraremos este tipo de aromas en vinos como nuestro LAUS Reserva.

Como ves, hay muchos aromas por descubrir y nosotros solo te hemos desvelado algunos de ellos. Encontrarlos e identificarlos en un vino lleva su tiempo y ¡mucha práctica!, pero esperamos que a partir de ahora te resulte un poquito más sencillo.

¡Ahora toca practicar! Te esperamos en nuestra tienda online para que empieces a descubrir los Aromas del Somontano y de otoño con tus vinos LAUS.

 

 

Publicado el 24 Nov 2020
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